martes, 26 de enero de 2016

30.000 millones de euros

"Durante siete años no se lo he contado a ningún compañero. Mis compañeros del Milan se habrán enterado esta semana y los del Arsenal ahora mientras leen estas líneas. Ni Wenger lo sabe. Quería contarlo en el momento adecuado cuando todo estuviera tan avanzado como ahora". Ahora, con la patente en la mano, GF Biochemicals comenzó la construcción de plantas químicas y la compañía ya cuenta con 400 empleados.

En 2008, el Arsenal y Flamini no llegaron a un acuerdo para renovar su contrato, llega casi directo al banquillo del AC Milan y fue entonces, cuando el francés decidió emplear su tiempo libre en centrarse en una de sus aficiones: el medio ambiente. Se unió a Pasquale Granata y juntos montaron la GF Biochemicals, una empresa que ahora puede llegar a estar valorada en 30.000 millones de euros después de su último descubrimiento. Así lo cuenta en una entrevista para The Sun.

martes, 12 de enero de 2016

Marxismo frente a la lógica hollywoodiense

Era el 7 de abril de 2005, cuando Iván Ergic, quiso destapar al mundo esa imagen del futbol que considera nociva, arcaica y máquina de no hacer prisioneros. La pequeña gran crítica al capitalismo hizo variar el tono de voz a Kurt Aeschbacher. La entrevista ya no iba por sus cauces. Había nacido en la televisión pública suiza, uno de esos futbolistas de izquierdas que no aparece en la foto por haberse movido.

Para él, el sueño del futbolista ha sido sustituido por el sueño americano: “El fútbol, como otros deportes altamente profesionalizados, sirve para entender y para mostrar a las clases más pobres que tienen las mismas oportunidades que el resto de ser ricos y famosos. Es la manera más pérfida de ser explotado, no solo con un propósito ideológico, sino como propaganda de un cuento de hadas donde se puede huir de la miseria. Así, la industria del futbol se beneficia de aquellos que no pueden tener lo más básico. Ese cuento de hadas sirve para engañar a niños que viven en la pobreza y que nunca podrán acceder a la educación que necesitan para ser médicos, abogados o banqueros. Y no se quejarán por ello”.

viernes, 8 de enero de 2016

Tropezando en la misma piedra a sabiendas

En el corazón del neurálgico Madrid, un barrio periférico mantiene una idiosincrasia atípica al mundanal ruido capitalino. Vallecas asoma su cabeza obrera al mundo con un estilo cultural y social totalmente opuesto al resto de barrios o ciudades.

En ese barrio humilde, solidario y trabajador, el congénere equipo español del Sankt Pauli alemán, practica fútbol aristócrata con si jugar bien se mediera por la cantidad de ceros. Como si el buen fútbol fuera solo de ricos. Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Jugar al toque, en un campo pequeño; jugar de tú a tú, cuando el mejor de tu plantilla es el descarte del que tienes enfrente; jugar en corto, cuando lo que habría que hacer es patear el balón largo; jugar en definitiva a lo no establecido en el canon, es jugar.

Los errores se repiten por desesperante que sea la reiteración. Paco Jémez, en complejo cristiano-divino, tiende a caricaturizar la plantilla a su imagen y semejanza.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

County Derby del gitano ojo de mal

Se había dicho adiós a una mala racha fruto de magia negra o de una cuestión meramente psicológica. La gitana accedió a las plegarias y un liberado Derby Country se alzó con su primer trofeo en la historia, no sin sufrimiento, al tener que esperar la prórroga para vencer por 4-1.

Medio siglo había pasado desde que los gitanos fuesen expulsados y esta era la cuarta final de la FA Cup. Era 1946, el Charlton Athletic esperaba como rival en Wembley y antes de la disputa del partido, era tal los murmullos del tendido que varios jugadores acudieron a otra gitana para de una vez por todas acabar con el temido mal de ojo que el club arrastraba años atrás.

Sutil como la seducción, en el sueño del sueño se había entrado, el origen ahí tal vez hallará la razón. Los más excéntricos comenzaban a creer fehacientemente en la maldición que los gitanos lanzaron al Baseball Ground. De no librarse del maleficio, no lograrían jamás nada en el fútbol. Era un hecho. Los años venideros no serían más lisonjeros para un club que jugueteaba con algún descenso y la propia desaparición institucional, en vez de por la lucha de títulos.

jueves, 3 de diciembre de 2015

De parar a marcar por un día

Quizás el éxito del fútbol resida en su sencillez, quizás haya sido capaz de llegar a todo el mundo a través de una única figura llamada balón o quizás porque es el único deportes que se juega exclusivamente con los pies. Salvo por un único jugador, el portero, también conocido por cancerbero.

Termina el partido, recoges tu botellita de agua, te secas por última vez con la toalla, te despides de los postes si es que ese día jugaron a tu favor y agradeces a tu defensa los servicios prestados de haber hecho algo más que romper el fuera de juego. Te encaminas al centro de campo a realizar esa rutina respetuosa, casi de carácter burocrático podríamos llegar a decir, que supone despedirte del equipo contrario y de una figura en particular. Esta vez sin guantes, la complicidad con aquel individuo que se situaba a más de 100 metros de distancia de ti se nota en el ambiente, una cómplice sonrisa y una palmadita en la espalda por parte del ganador. Con nadie habías hablado durante los 90 minutos salvo por gritos correctores y esta vez llego el momento, intercambiamos unas palabras, nos guiñamos el ojo como muestra de respeto mutuo y marchamos con nuestros respectivos equipos sin poder olvidar que una vez más, pusimos la cara donde el resto puso los pies.