lunes, 13 de julio de 2015

Cuando ETA marcó a un portero

La niñez de Eñaut llegó a su fin con tan solo cinco años, cuando a eso de las cinco y media de la madrugada, mientras dormía en su habitación soñando con convertirse en portero de la Real, unos desconocidos entraban en su cuarto para sacarle en brazos de la cama y llevarle a casa de su abuela. Mientras le sacaban de una casa atronada por golpes, gritos y disparos, pudo ver cómo esa gente que acababa de asaltar su casa, se llevaban a sus padres y a los tres hombres que llevaban un par de días viviendo en su casa. Era 16 de abril de 1989 y la Guardia Civil acababa de asestar un duro golpe al Comando Éibar de ETA en Ondarroa.

Ese niño no era otro que el actual guardameta de la Real Sociedad, Eñaut Zubikarai, el cual tardó varios años en volver a ver en libertad a sus padres, Kandido e Iñake. A ambos se les acusó de colaboración con banda armada por ocultar a Losu Ziganda Eneko, Juan Carlos Balerdi y Fermín Urdiain 'Txiki' en su casa. Kandido reconoció que era colaborador de ETA desde hacía dos años y exculpó en sus declaraciones a Iñake. Aun así, ella también pasó varios años en la cárcel. Él fue condenado a 22 años en la prisión de Alicante por colaboración a ETA y colaboración necesaria en un asesinato.

De esta forma, la familia Zubikarai recibía un segundo mazazo en menos de diez años, duro golpe ya que en 1980 Jesús María Zubikarai Badiola Jhisa, el hermano de Kandido, tío de Eñaut y simpatizante de Euzkadiko Ezkerra, era brutalmente asesinado a tiros por el Batallón Vasco Español, grupo de extrema derecha, en un atentado del que no se conoce condena alguna hacia sus asesinos. Quizás fuera esa la razón que empujaría a Kandido a colaborar con ETA, o quizás no.