
Un fútbol moderno congestionado por el dinero, complica ver a futbolista; nacer, crecer y morir, ataviados en el mismo mono de trabajo.
A todos nos viene a la cabeza los dos grandes capitanes del fútbol español, Iker Casillas y Carles Puyol, separados por la rivalidad acérrima del clásico, pero unidos por la misma lealtad a un escudo.
Los años no pasan en vano, uno se ve mayor cuando se para a pensar un día en el vestuario y ve que ya no queda nadie de sus inicios. Todos aquellos con lo que forma plantilla son sangre nueva. Plantilla, cuerpo técnico, presidentes... llegaron y se fueron, pero tú sigues ahí, arraigado a un sentimiento que se hace con los años más fuerte.
Los años no pasan en vano, uno se ve mayor cuando se para a pensar un día en el vestuario y ve que ya no queda nadie de sus inicios. Todos aquellos con lo que forma plantilla son sangre nueva. Plantilla, cuerpo técnico, presidentes... llegaron y se fueron, pero tú sigues ahí, arraigado a un sentimiento que se hace con los años más fuerte.
Todos estos jugadores son a los que cuando las cosas se ponen feas , el entrenador , la afición o la directiva se agarran a ellos para reflotar la situación . Incluso en algunas ocasiones , ellos son los sacrificados , teniendo que echarse a un lado y viéndose en la disyuntiva de seguir algún añito más en otro equipo o colgar las botas .
ResponderEliminarUn saludo