Brede Hangeland, en su última etapa con el Fulham sufrió una lesión muscular
que iba a ser tratada por Stephen Lewis, médico del club, hasta que Felix Magath, se anticipó a cualquier tipo de tratamiento. Decía tener la
solución, el método curativo que recuperaría al central, sin trampa ni cartón,
sin apreciar ningún tipo de vacilación o de tono jocoso en sus palabras. El entrenador alemán pidió al noruego que se untara queso en la pierna,
mezclado con un poco de alcohol. La excentricidad
no se queda corta con lo que le pidió después.
Dice las malas lenguas que Danny Murphy, excapitán de los
cottagers, no ha vuelto a conciliar el sueño después de conocer al detalle la metodología
del entrenador alemán. La guinda de la panacea era añadir “sentimiento” al tratamiento. En una
entrevista concedida a Match of the Day, aseguró que el entrenador le pidió
que mientras se pasaba el ungüento, tenía que llamar a su madre para que
hiciera más efecto.
“Le comentó
que mientras se frotara el queso, tenía que llamar por teléfono a su
madre. Si hablaba con alguien que le amara de verdad, el queso
actuaría mejor”, confesó Danny Murphy.
Con su respetada trayectoria, se labró una profesionalidad que perdió claramente con sus rurales
métodos de curación. Algunos creen que fue la confirmación de su falta de
reciclaje. Y todo por intentar recuperar a Hangeland. Quizás llegue un día donde la ciencia demuestre su cordura, esa que va con camisa de fuerza.
Ya nunca más se podrá decir los remedios de la abuela, desde ahora son los remedios de Felix Magath. Un poco de queso, alcohol y habla con la mami. Vaya noticia de verdad, me pare a regirme porque no me lo podía creer.
ResponderEliminarUn saludo crack.
Un equipo que a nadie se le olvide dio mucha guerra, la gran sorpresa inglesa durante unos años, que como otros muchos se termino desinflándose y doblo las rodillas en la final de la Europa League ante un sevilla que en la ultima decada ha practicado futbol del bueno.
ResponderEliminarSaludos
De las avanzadas técnicas como la placenta de caballo de Diego Costa, que le duraron nada más que para 10 minutos en la final de Lisboa, a los remedios casero de Magath que por cierto, dieron su fruto y Hangeland jugó?
ResponderEliminarUN saludo
No tuvo ningún beneficio, de aquellos barros, estos lodos. El futbolista tardo en recuperarse y como todo en esta vida pasó y volvió a sentirse jugado. Ni placenta ni queso ni ninguna técnica de estas que cualquier zumbado quiera sacar de la chistera, humo.
ResponderEliminarSaludos Gol&puntianos