¿ST. PAULI, SU ESPEJO?

Lo que comenzó como una broma ha terminado llevando a los Rutherford Raiders F.C., equipo de la universidad de Kent,  a ser expulsado de la liga. 

Estaban sin patrocinador a comienzos de temporada, así que mientras encontraban alguna empresa que pusiese dinero para ser su sponsor, uno de los jugadores decidió poner en las camisetas el logotipo de la web pornográfica PornHub. Ya estaba el lío montado. No tardó en convertirse en algo viral y difundirse por las redes sociales, hasta el punto de llegar a los oídos de la propia empresa. Lejos de reclamar derechos de imagen, se ofreció a financiar todas las equipaciones de este ya popular equipo británico universitario.

La Universidad de Kent, intervino para prohibir al equipo jugar con estas camisetas en sus instalaciones. "El departamento de deportes de la Universidad nunca aprobará un patrocinio de este tipo, es totalmente inapropiado", comentó el portavoz Martin Herrema. "Nos tomamos este asunto muy en serio y los equipos deportivos inter-universitarios, que son responsabilidad del departamento de Deportes de Kent, debemos presentar previamente los posibles patrocinios y/o logotipos para su aprobación", añadió.

Cuando la noticia llegó a nuestro equipo, a todos nos vino un flashback sobre cierto sponsor de objetos eróticos que patrocinaba al club defensor de ideales por excelencia. 

Guarida de prostitutas, reducto de movimientos punk y okupa, hogar de los estibadores del puerto y morada de gente joven y de clase trabajadora, la singularidad del distrito de Sankt Pauli queda bien patente en su equipo de fútbol. Identificado con unos ideales más propios del amateurismo que del fútbol profesional, el FC St. Pauli se convirtió a partir de su primer y fugaz ingreso en la elite en 1977, en plena eclosión mundial del punk, en todo un símbolo cultural y social.

"Solo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie". Oscar Wilde.

Dejan atrás el anonimato, algo que en principio es difícil, ahora el balón está en su tejado.