MEJORES GOLES DE LA HISTORIA

Desde hace tiempo, en Gol & Punto hemos dejado claro nuestra admiración por el pasado, por los inicios, por los que trabajaron y ayudaron a que este deporte sea hoy parte fundamental de nuestras vidas. Por todo ello, hoy comenzaremos una serie de artículos recordando los mejores goles de la historia. 

Pelé Brasil - Suecia 1958

Fue uno de esos goles que certificaban la superioridad de un equipo plagados de estrellas. Por aquel entonces Brasil comandado por un púber Pele (17 años) jugaba a su antojo por los campos suecos durante el mundial del 1958. El inolvidable gol de Pele fue un ejemplo de calidad, control y definición que descorchó una de las figuras más reseñables del mundo del fútbol.

Puskas Inglaterra - Hungría 1953

Inglaterra que nunca había perdido hasta la fecha en tierras británicas (sólo Escocia había conseguido ganar) se vio sorprendida por el equipo húngaro de Puskas que le endosó un 3-6. El 1-3 del jugador del ex jugador del Madrid fue antológico. Arañó una pelota que se iba fuera dejando al defensa en el suelo y definiendo un gol al que muchos declararon como el gol perfecto.

Real Madrid-Eintracht F.- FINAL 1960 - Gol Alfredo Di Stefano

El último gol de Di Stéfano describía la perfección lo que era el Real Madrid de la época: una máquina goleadora. Quedaban 20 minutos para el final del partido y el Eintracht marcó el 6-3. El partido estaba ya totalmente resuelto para los blancos, pero aún así a Di Stéfano no le gustó que marcaran ese gol, y lleno de rabia empezó a sortear a defensas para acabar la jugada con un tiro raso. Espectacular.

Cruyff Barcelona - Atlético de Madrid 1973

Uno de los goles más recordados por los aficionados del Barça. El partido transcurría con empate a cero cuando Cruyff, que subía en carrera, se encontraba muy escorado en el segundo palo. En ese momento, recibe un centro de Rexach, y sin apenas espacio, salta y remata acrobáticamente sorprendiendo al portero del Atlético, Reina. 

Maradona Argentina - Inglaterra 1986

El 22 de julio de 1986, una imparable Argentina se enfrentaba a una potente Inglaterra en el estadio Azteca. El partido tenía su morbo ya que años atrás se había producido la guerra de Malvinas entre ambos países. Corría el minuto 55 de partido cuando a Diego le pasan un balón en el centro de campo. A partir de ahí fue todo magia y puro espectáculo.