“El vestuario está bastante tocado”. Es la frases con la que Javier Aguirre, técnico del Zaragoza, definió la situación de su club después de caer derrotado en San Mames frente al Athletic de Bilbao. El periodo navideño se acerca, las vacaciones están a la vuelta de la esquina y el turrón puede que se atragante. Pero no es el único, muchos compañeros de profesión no tienen asegurada su continuidad. Uno de ellos es Aguirre, pero no es el único.
El segundo caso es, Juan Carlos Garrido, entrenador del Villarreal, quien, a pesar “de que veía cerca conseguir la victoria”, perdió en su visita al Reyno de Navarra y ya suma cuatro partidos sin ganar. La escusa de las lesiones puede ayudarle aferrarse al puesto, pero un club confeccionado para estar en puestos europeos, posiblemente no le perdone.
Y el caso mas loco y sin sentido es, Gregorio Manzano, el actual entrenador del Atlético de Madrid fue cuestionado desde sus inicios. Su polémica con Reyes, la derrota en Copa del Rey contra el Albacete y sus ridículo en liga, ha hecho caer sobre el todas las criticas del Calderón pero lejos de rendirse declaro: “no se me pasa por la cabeza dimitir”. Pero ayer por la mañana llego el momento surrealista, Cerezo y la directiva lo destituyeron del cargo y ya buscan sustituto (Benitez, Simeone, Ancelotti, Luis Aragones...) pero lejos de marcharse continuara esta semana e incluso estará en el partido de vuelta de la Copa del Rey.
Son los tres casos mas significativos de entrenadores que se encuentran actualmente en el filo de la navaja, los malos resultados y sus fallos tácticos solo les lleva a un callejón sin salida.
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