En la ciudad donde se fabrica el cierzo y se exporta, cuenta la leyenda de la existencia de un equipo que se codeaba con los más grandes de la Liga. La quinta ciudad más grande de España estaba bien representada, jódó, cualquier tiempo pasado fue mejor.
Aproveche mi visita la semana pasada para acercarme a en uno de esos bares en los que se respira fútbol, entre chascarrillos, escuche: "ni Real ni goza". 30 años de socio abalaban a ese maño.
De los pocos que sabrán que Frank Rijkaard, en la temporada 1987/88, se convirtió en uno de los grandes fichajes históricos del Real Zaragoza de finales de los 80. Al término de esa misma temporada terminaría ganando la Eurocopa con Países Bajos y firmando con el Milán de Sacchi, equipo en el que marcaría una época junto a otros dos neerlandeses de relumbrón: van Basten y Gullit.